18 de Noviembre del 2024. Una fotografía de la vida social santiaguina de 1900 -que se mantiene en el archivo de la Biblioteca Nacional- nos hacer recordar lo que fue la Alameda de las Delicias después de ser un espacio para los desechos de la ciudad: una gran explanada peatonal, en donde los habitantes de la capital podían encontrarse, caminar plácidamente, sentarse en escaños de hierro o comprar en quioscos metálicos de estilo Art Nouveau, bajo la sombra de dos largas filas de frondosos árboles.
Ese emblemático espacio público -que se perdió durante el siglo XX en manos de afanes modernizadores poco respetuosos del patrimonio y la calidad de vida de sus habitantes- actualmente está siendo evocado y reinterpretado por el proyecto Nueva Alameda, que busca revitalizar el eje Alameda-Providencia en toda su extensión por medio de diversas iniciativas de infraestructura.
Las obras de esta gran intervención urbana se iniciaron hace pocos días en Plaza Italia. Allí se trasladará la tradicional rotonda hacia el costado norte y se conectará de mejor forma los tres parques que convergen en esta zona (Balmaceda, Forestal y Bustamante), con la finalidad de privilegiar la movilidad de las personas y volver a posicionar a este sector como el epicentro de la celebración y el encuentro ciudadano de la provincia de Santiago.
En el otro extremo, donde comienza la avenida Pajaritos, se remodelará íntegramente el Parque Santiago Bueras con nuevas veredas, luminarias y árboles. Además, a lo largo de toda la Alameda se construirá una ciclovía de alto estándar de 8 kilómetros de extensión, se mejorará el bandejón central para que brinde más comodidad y seguridad a los peatones, y se revitalizará el entorno de lugares que están incrustados en la memoria de los santiaguinos y santiaguinas, como la plazoleta de la Iglesia de San Francisco, el polígono de Los Héroes, el Persa Estación, el Portal Edwards, la Estación Central, la Gratitud Nacional y la Remodelación San Borja. Paralelamente, el proyecto contempla continuar y fortalecer el trabajo de limpieza y repintado de fachadas, que comenzó en marzo del año pasado.
Como se ve, se trata de una intervención multidimensional y ambiciosa, cuyo objetivo de fondo es que la Alameda sea nuevamente el corazón del Gran Santiago; un espacio público de calidad donde se viva el encuentro, la convivencia y el intercambio ciudadano, donde se disfrute de la ciudad y sea posible apreciar las principales obras del patrimonio arquitectónico y escultórico de la región -como el Club de la Unión, el Palacio Íñiguez, La Moneda, la Biblioteca Nacional, la Torre Entel y el edificio del GAM, por nombrar sólo algunas- en un entorno seguro y amable.
Un proyecto de esta envergadura, obviamente, es de largo aliento y requiere de un respaldo estable de las autoridades gubernamentales, que trascienda las coyunturas políticas y sea ajeno a cálculos electorales mezquinos. Así, en estos momentos en que se lleva a cabo la campaña de segunda vuelta para la elección del gobernador metropolitano, sería bueno que los candidatos se comprometan con el rescate y revitalización de la principal arteria capitalina, comprendiendo que la mayoría de las veces los mejores proyectos de futuro están anclados en lo mejor de nuestro pasado.
José Albuccó, académico Universidad Católica Silva Henríquez y creador del blog Patrimonio y Arte