09 de Octubre del 2025.- Ahora que estamos en “tierra derecha” en cuanto a campañas políticas, es válido preguntarse si es lícito que un candidato done plata, reparta canastas o incluso ofrezca asesorías gratuitas durante una campaña. A primera vista puede parecer un gesto solidario, pero en el contexto electoral, esas prácticas tocan una zona sensible de nuestra democracia.
Estas prácticas, que eran bastante comunes hace décadas, han ido desapareciendo, gracias a la exigente regulación electoral chilena. Hoy existen normas estrictas contra el clientelismo, cuyo propósito es claro: que los ciudadanos voten de manera libre e informada, sin presiones ni incentivos ajenos a la reflexión política.
Hace un siglo, los partidos imprimían los votos y los beneficios sociales se entregaban a cambio de prueba del sufragio, como en la famosa práctica del “zapato izquierdo ahora, y el derecho cuando me traigas la colilla”. Hoy eso parece impensado, pero ofrecer alimentos, pagar cuentas o entregar ayuda social durante una campaña no está tan lejos de aquel pasado. Puede que sea algo más implícito, pero el principio a proteger es el mismo. La democracia no se fortalece con favores, sino con convicciones.
Roberto Munita Morgan – Director Administración Pública UNAB – Abogado y Magíster en Sociología de la Universidad Católica, Máster en Gestión Política de la George Washington University, USA, y Doctor (C) en Comunicaciones UC.