10 de noviembre del 2024. El 14 de noviembre de cada año se conmemora el Día Mundial de la Diabetes. ¿Por qué razón es importante esta fecha? Porque cada año millones de personas se “enferman de diabetes de manera innecesaria y con riesgo de sus vidas”. Sólo en nuestro país se calcula que más del 12% de la población está enferma de diabetes.
A la diabetes se la considera una “enfermedad silenciosa”, debido a que muy a menudo “no presenta síntomas en sus primeros años de evolución”, y la persona sólo se da cuenta de que está enferma y de que algo no funciona bien con su organismo, cuando “los niveles de glucosa en la sangre están ya muy descompensados”.
Los cambios en el estilo de vida, un sedentarismo a ultranza y altos índices de obesidad, representan las principales causas de la enfermedad de la diabetes, la que se genera por un mal funcionamiento de las células beta, que son las encargadas de producir de insulina en el páncreas, una hormona responsable de regular los niveles de glucosa en la sangre.
En un reciente informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se señala, que a pesar de que como nunca antes en la historia en temas relacionados con la salud se había comprendido la mejor forma de prevenir y tratar la diabetes, “el número de personas que presenta esta enfermedad está aumentando rápidamente”, al mismo tiempo que la falta de acceso a un diagnóstico médico –y al consiguiente tratamiento– está generando una ola de sufrimiento y muertes innecesarias, especialmente, en aquellos países de medianos y bajos ingresos, cual es el caso, por ejemplo, de muchos países latinoamericanos.
La OMS indica que “más de 420 millones de personas tienen diabetes”, destacando el hecho que esta cifra se “ha cuadruplicado desde el año 1980 y que, de acuerdo con las previsiones, superará los 500 millones a finales de la presente década”, es decir, más de 80 millones de personas desarrollarán esta enfermedad en los próximos seis años.
La diabetes es una de las cuatro enfermedades crónicas de mayor relevancia para la Salud Pública, puesto que en conjunto con las enfermedades cardio y cerebrovasculares, la hipertensión y el cáncer representan alrededor de 45% de las causas de muerte. Lo más negativo de esta problemática de salud, es que todas estas enfermedades son prevenibles y, en el caso específico de la diabetes, esta se da en estrecha relación a las altas y crecientes tasas de sobrepeso y obesidad.
De acuerdo con diversos expertos en el tema, los cambios de hábito van de la mano con la vida más urbana, que produce un aumento de peso, tabaquismo, falta de ejercicio y mala alimentación asociada al consumo de comida rápida o chatarra.
La diabetes corresponde a un desorden metabólico caracterizado por la elevación crónica de la glucosa o azúcar en la sangre (glucemia), debido a la insuficiente producción de insulina, una sustancia que es producida por el páncreas.
Existen dos tipos de diabetes mellitus: la tipo 1 y la tipo 2. En el primer caso, la producción de insulina se acaba porque las células beta del páncreas –que son las que producen este neurotransmisor– son destruidas por el sistema inmunitario de la persona. En tanto que en la diabetes tipo 2, la acción de la insulina se dificulta por la resistencia de los tejidos con grasa y su producción va decayendo por la mala función de las células beta. La diabetes tipo 2 es la diabetes más común y representa alrededor del 95% de los casos.
Las personas “afectadas por la diabetes tipo 2 están en mayor riesgo de tener graves problemas de salud, tales como ataques al corazón, derrames cerebrales, fallas en los riñones, ceguera y amputación de las extremidades inferiores (amputación de un pie, dedo del pie o de una pierna mediante cirugía)”.
Uno de los factores que aumenta entre tres y seis veces la posibilidad de sufrir diabetes mellitus tipo 2 y que aumenta, asimismo, hasta en un 20% el riesgo de enfermedades cardiovasculares, es el síndrome metabólico, el que se caracteriza por tener obesidad abdominal, con un perímetro de cintura mayor a 90 centímetros en hombres, y mayor de 80 centímetros en mujeres, con triglicéridos altos (más de 150 mg/dl), colesterol elevado (HDL mayor a 40 en hombres y 50 mg/dl en mujeres) hipertensión arterial alta (mayor a 130/85) y una glucemia mayor o igual a 100 mg/dl.
Digamos finalmente, que la diabetes tipo 2 es una enfermedad que se puede prevenir y que requiere algunos cambios en el estilo de vida de las personas:
Evitar o disminuir drásticamente el consumo de tabaco: el dejar de fumar evita el riesgo de: (a) una muerte prematura, (b) hay un menor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y (c) un menor riesgo de desarrollar algún tipo de cáncer (de pulmón, de boca, de garganta, de esófago, de vejiga y de páncreas).
Normalización o reducción del peso: a través de disminuir la cantidad de calorías que se ingieren.
Cambiar la calidad de la dieta: aumentar el consumo de fibras y de grasas saludables (aceite de oliva, pescados, palta) y disminuir el consumo de grasas saturadas (frituras, embutidos, carnes con mucha grasa). Se recomienda privilegiar la dieta mediterránea.
Aumentar la realización de actividad física: una alternativa fácil y sin costo económico asociado, es la de caminar de 20 a 30 minutos diarios; la práctica de un deporte, el uso de trotadora o bicicleta elíptica, práctica de gimnasia, hacer atletismo, baile o natación.