03 de Noviembre del 2024. Es lo que afirma la psicoterapeuta canadiense Victoria Prooday al destacar el devastador estado emocional en el que se encontraría una significativa parte de la población infantil, donde los números que ella entrega sorprenden a toda persona –experta o no– que se interese por este tema. Son números que se basan en datos acumulados en los últimos 15 años y que han sido entregados por investigadores vinculados a los estudios relacionados con el permanente aumento de enfermedades mentales de carácter infantil y que están alcanzando graves dimensiones.
De acuerdo con los datos que consigna Victoria Prooday en su artículo “The silent tragedy affecting today’s children”, las cifras serían las siguientes.
- Uno de cada cinco niños presenta problemas de salud mental
- Un aumento del 43% en la aparición del Trastorno por Déficit Atencional con Hiperactividad (TDAH)
- La depresión adolescente ha tenido un alza del 37%
- Se ha constatado un incremento de más del 100% en la tasa de suicidios de niños entre los 10 a 14 años, lo cual, representa una verdadera tragedia.
En función de estas estadísticas, la pregunta es: ¿qué es lo que como sociedad y como núcleo familiar estamos haciendo mal? La respuesta que entrega Victoria Prooday es la siguiente: los niños de hoy estarían siendo “sobre-estimulados y sobre-regalados de objetos materiales”, pero estarían, desgraciadamente, siendo “privados de los requisitos y fundamentos de una infancia sana y protegida”, tales como, por ejemplo:
- La presencia de papás y mamás emocionalmente disponibles
- El establecimiento de reglas y límites que estén claramente definidos
- Toma de conciencia acerca de los cuidados y resguardos necesarios en relación con una nutrición equilibrada y un sueño adecuado de los menores
- La realización de deportes y actividades al aire libre
- La realización de juego creativo, de interacción social, de oportunidades de juegos no estructurados y más libres, así como de espacios dedicados al ocio.
En lugar de lo anterior, los niños se han visto rodeados por:
- Padres habitualmente distraídos digitalmente
- Padres muy permisivos e indulgentes que permiten que sean los niños quienes fijen las reglas, generando el conocido “síndrome del niño emperador” con presencia del trastorno negativista desafiante.
- Abierta exigencia por parte de los menores de los llamados “derechos del niño” y de merecerlo todo, pero sin haber hecho mérito alguno por ganárselo.
- Sueño inadecuado y alimentación desequilibrada
- Presencia de un estilo de vida claramente sedentario
- Uso de niñeras y “chupetes” tecnológicos, gratificación instantánea.
¿Qué deben hacer, entonces, los padres interesados en el desarrollo armónico de sus hijos? Las recomendaciones que entrega esta psicoterapeuta –si es que los padres quieren que sus hijos sean niños saludables y felices– son las siguientes:
- Establecer límites y reglas claras, teniendo presente que la autoridad paterna la tiene usted: usted es el capitán del barco. Eso hará que sus hijos se sientan más seguros, sabiendo que usted tiene el control del timón.
- Conéctese con sus hijos emocionalmente: sonría a menudo, abrace, bese, baile, cante, juegue, salte y gatee con ellos.
- Enséñeles a saludar, a esperar su turno, a compartir aquello que tienen, a decir “muchas gracias” y “por favor”, a reconocer los errores. Conviértase en un modelo para ellos de los valores que usted desea inculcar en los niños.
- Ofrezca a sus hijos un estilo de vida que sea sano y equilibrado y que esté lleno de lo que los niños necesitan, no de lo que ellos quieren. No hay que tener miedo alguno en decir un adverbio de dos letras: ¡No!, si lo que el menor quiere no es lo que en realidad necesita.
- Proporcione alimentos sanos y nutritivos y limite al máximo la comida chatarra.
- Pase algunas horas a la semana al aire libre practicando actividades como caminatas, ciclismo, deportes, jardinería, observación de aves e insectos, etc.
- Disfrute de un almuerzo o cena familiar sin la presencia de teléfonos inteligentes o de otras tecnologías que distraigan la atención.
- Involucre a sus hijos en tareas del hogar de acuerdo con su edad: ordenar los juguetes, doblar, colgar y ordenar la ropa, poner la mesa, ayudar a limpiar, etc.
- Implemente una rutina de sueño diaria que permita al niño dormir y descansar lo suficiente, especialmente, durante la etapa escolar.
- Enséñeles a asumir responsabilidad sobre sus actos y tener cierta independencia. Equivocarse y enmendar los errores les ayudará a desarrollar resiliencia y aprender a superar obstáculos y desafíos.
- No le haga las tareas a sus hijos ni tampoco cargue con sus mochilas. No les pele las frutas si es que ellos ya están en condiciones de poder hacerlo solos.
- Evite el uso de la tecnología durante las comidas, en restaurantes, en el auto, etc., como una “cura para el aburrimiento”, ni la ofrezca al primer segundo de inactividad o por las pataletas y berrinches que hagan los niños.
- Enséñeles a saber esperar, tener paciencia y a retrasar la gratificación.
Dr. Franco Lotito C. – www.aurigaservicios.cl – Conferencista, escritor e investigador (PUC)