Hoy sabemos que los sujetos con “personalidad neurótica” representan una constante en la sociedad, y a pesar de que hablamos de las personas como “seres racionales”, en rigor, nos encontramos con un hecho difícil de refutar: la inestabilidad emocional –más que la racionalidad– está ampliamente difundida y extendida entre la especie humana.
El concepto “neuroticismo” apunta a: (a) la inestabilidad y a tener dificultades para el control y gestión emocional, (b) inclinación hacia ideas y emociones de carácter negativo y que generan ansiedad: sensación de que les va a ocurrir algo malo en cualquier momento, (c) presentar estados de ánimo bajos: pena, tristeza, crisis de pánico, depresión, (d) mostrar sentimientos negativos como ira, frustración e irritabilidad. Esto determina, que rápidamente un leve estímulo –sin importancia para la gran mayoría– genere mucho malestar e incomodidad en la persona neurótica.
Son muchos los investigadores que se han dedicado al estudio de la personalidad, siendo el Dr. Hans Eysenck uno de los más connotados y reconocidos, ya que su Teoría de la Personalidad sigue siendo considerada como un paradigma aún vigente y uno de los referentes más sólidos que la Psicología ha entregado, ya que es una de las teorías que mejor explica por qué razón cada individuo tiene su propia personalidad.
El Dr. Eysenck planteó que existen tres grandes dimensiones de rasgos –o súper factores– a partir de los cuales, se pueden hacer ciertos pronósticos a nivel biopsicosocial, donde los niveles de Psicoticismo (P), Extraversión (E) y Neuroticismo (N), permiten formular predicciones psicológicas, fisiológicas y sociales, condición que dio lugar a su Teoría bifactorial o “modelo PEN de la personalidad”.
El “factor neuroticismo” considera el polo que va desde la estabilidad hasta la inestabilidad emocional, y con esta dimensión el Dr. Eysenck buscó explicar la razón por la que algunos individuos son más propensos que otros a experimentar ansiedad, histeria, depresión u obsesión ante diversas situaciones de vida, definiendo a estas personas como aquellas que reaccionan de forma exagerada y de manera más frecuente que otros sujetos, y a quienes les cuesta volver a un “nivel normal de activación emocional”. Se entiende que en el otro extremo de la dimensión –polo de la estabilidad–, se ubican las personas que son calmadas, estables y que tienen un alto autocontrol de impulsos.
El “factor extraversión”, por su parte, considera un polo que va desde el sujeto más extravertido al sujeto más introvertido, en función de lo cual, aquellas personas que obtienen altos puntajes en extraversión presentan rasgos más marcados de sociabilidad, impulsividad, desinhibición, vitalidad, optimismo o agudeza de ingenio, en tanto que los individuos más introvertidos dan más muestras de pasividad, reserva, tranquilidad, reflexividad, pesimismo, timidez, bajo nivel de sociabilidad.
El “factor psicoticismo”, refleja el nivel de vulnerabilidad de un sujeto para caer en conductas impulsivas, agresivas o de poca empatía, lo que lleva a que estas personas tiendan a ser antisociales, insensibles, violentas, agresivas y extravagantes. Si la puntuación que obtienen en este rasgo, es alta, ello se relaciona con la presencia de trastornos mentales, tal como una psicosis. A diferencia de las otras dos dimensiones que muestran una “polaridad” (extraversión–introversión, estabilidad–inestabilidad emocional), el psicoticismo no tiene un extremo opuesto (o inverso), a raíz de que es un componente que está presente en distintos niveles en los seres humanos.
El concepto “neurótico” (o neuroticismo) se utiliza para referirse a un rasgo de personalidad que muestra la tendencia del sujeto a ahondar en pensamientos negativos y estresantes, que pueden irrumpir casi en cualquier momento del diario vivir, siendo algunas características del perfil del individuo neurótico, las siguientes:
1. Pueden ser muy directas. En sus relaciones interpersonales, los neuróticos son capaces de mostrarse muy invasivos –incluso inoportunos o desubicados– con quienes interactúan. Si bien, ellos conocen lo que se considera como “conducta adecuada”, en la vida práctica les cuesta tenerla en cuenta, ya que son afectadas por las emociones de manera independiente de si esto las lleva a ser invasivas en la vida de los demás.
2. Son sensibles a la crítica. Es común que los neuróticos tengan una autoestima un tanto inestable y relativamente baja como consecuencia de los constantes episodios de incertidumbre por los cuales atraviesan. Es por ello, que las críticas que reciben, pueden dar justo en el blanco y herir con fuerza sus sentimientos, no sólo por el hecho de que los neuróticos puedan creer que existen razones por las cuales se los puede criticar, sino porque adoptan una interpretación “catastrofista de las cosas”, ya que las críticas que se le hagan serán tomadas como un mensaje velado de que la gente conoce un secreto de él que adquiere características aterradoras, si es revelado.
3. Tienden a contradecirse. En los neuróticos existe relativamente poca coherencia entre su discurso y sus acciones, lo cual se debe al estado emocional que experimentan en el momento, lo que determina que el razonamiento que pudiese estructurar y organizar su pensamiento y conducta desaparezca –o pierda importancia– durante aquellos instantes en que lo emocional prima por sobre la conducta racional. Tienden a caer en estados de estrés y de ansiedad anticipatoria. Frente a los contratiempos o dificultades que se presentan, el estrés se apodera de los sujetos neuróticos y se manifiesta de manera intensa, pudiendo llegar a producir diversas crisis en las que la persona pierde el control sobre sí misma.
4. Realizan previsiones en términos de todo o nada, blanco o negro. Los neuróticos suelen pasar por alto los detalles y matices de un suceso, especialmente, cuando algo capta su atención por sobre otras cosas, lo cual, los conduce a realizar “predicciones” negativas: visualizan sucesos futuros con carácter pesimista y agoreros, de modo tal, que todo lo enfocan en función de si ciertas acciones que lleven a cabo los acercarán o los alejarán de ese escenario percibido como negativo, incluso aterrador.
5. No toleran la frustración y son, en general, más sensibles y susceptibles que otras personas. Si bien, las personas neuróticas se caracterizan por ir de un extremo (o polo) de emociones a su opuesto, a esto se le suma la facilidad con la que caen en emociones negativas. A raíz de lo anterior, es muy fácil que se sientan heridas con todo tipo de situaciones y vivencias, desde mirar una película triste, hasta sentirse muy mal con algo que para otros sólo sería un evento ligeramente ofensivo.
6. Presentan dificultades para relacionarse y comunicarse. Las personas neuróticas suelen tener problemas en su lugar de trabajo, así como también en todos aquellos ámbitos donde tengan que convivir con otras personas, hasta el punto, en que en ciertos casos graves, el sujeto neurótico puede aparecer ante los ojos de los demás como un “maltratador psicológico”.
Las personas que padecen algún grado de neurosis se exponen a que la gente se aleje de ellos, ya que las pueden ver como individuos raros y algo excéntricos, lo que a su vez, puede conducir al sujeto a recluirse y aislarse socialmente de las otras personas.
Dr. Franco Lotito C. – www.aurigaservicios.cl – Conferencista, escritor e investigador (PUC)