26 de enero del 2025.- El principio que define al fenómeno de la sinergia, es muy simple de entender: “El todo es mayor que la suma de las partes individuales”, a raíz de lo cual, cuando Educación e Inteligencia Artificial (I.A.) se juntan, los resultados de esta sinergia no sólo son buenos, sino que pueden ser extraordinarios.
Hoy en día, las herramientas y las múltiples aplicaciones que ofrece la I.A. se están implementando de manera muy veloz en los distintos sistemas educativos de todo el mundo, lo que proporciona grandes oportunidades para efectos de ampliar y mejorar sustancialmente los procesos de aprendizaje, en general, así como también el acceso al conocimiento, en particular.
Estudiantes y profesores utilizan la I.A. con diferentes fines y objetivos: para obtener información relevante de diversa naturaleza, para poner en práctica la creatividad y la imaginación, para escribir, para programar, etc. En este sentido, la Inteligencia Artificial representa el nuevo paradigma del siglo XXI, es decir, la “base y un modelo para resolver los diversos problemas que afectan a la humanidad, a fin de avanzar en el desarrollo armónico de la sociedad”. En rigor, nos encontramos frente a un verdadero “motor de conocimiento, innovación, crecimiento y desarrollo” que incide favorablemente en el objetivo de alcanzar una Educación de calidad, así como en otros ámbitos, tal como sucede en el área de la economía, medicina, psicología, comercio electrónico, medio ambiente, meteorología, etc.
En el cruce o intersección que se produce entre la educación y la tecnología, surge la Inteligencia Artificial como un verdadero catalizador y acelerador de cambio, desplegando un potencial educativo que no tiene parangón.
Ahora bien, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (conocida como UNESCO) señala claramente que la I.A. está en condiciones de transformar de manera profunda el ámbito de la Educación, comenzando con la gestión del proceso hasta las diversas metodologías de enseñanza, siempre “que se utilice de manera responsable y con fundamento en la ética”.
No obstante que en el ámbito de la Educación aún se continúa explorando su potencial total, está fuera de toda duda que en muchos países que lideran las investigaciones acerca de la I.A., su presencia es innegable en las instituciones de educación y se manifiesta de diversas maneras: (a) uso de chatbots, es decir, programas informáticos que simulan una conversación con usuarios humanos y que sirven de asistencia para los estudiantes las 24 horas del día, (b) automatización de tareas administrativas para los docentes y uso de libros digitales, (c) sistemas en línea para la gestión del aprendizaje, (d) seguimiento del rendimiento de los estudiantes en tiempo real, (e) personalización de los planes de estudios, entre muchos otros usos.
En relación con este último punto, es decir, el proceso de personalizar los planes de estudios de los estudiantes, resulta relevante consignar el ejemplo de una nación que está en el top ten de los países preocupados por entregar una Educación de calidad a sus estudiantes y que están siempre entre los tres primeros lugares del Ranking de la prueba PISA, a saber, la nación de Singapur, un país asiático, cuyas bibliotecas han sido pioneras en la incorporación de nuevas tecnologías, al mismo tiempo que han hecho accesibles sus instalaciones a toda persona, incluyendo a aquellas que están en silla de ruedas, o bien, que presentan diversos problemas de movilidad. En paralelo, los libros que han sido prestados pueden ser devueltos las 24 horas de día en cualquier sede, y los usuarios –niños, estudiantes y adultos– reciben, de manera automática, recomendaciones de libros y lecturas, de acuerdo con sus intereses y su perfil histórico de lector.
Es tanto el interés de las autoridades de Singapur por ofrecer una educación de alta calidad a los estudiantes, que los trabajos en grupo ya no se hacen sólo con los compañeros de clases, sino que aprovechan las plataformas en línea como ZOOM y muchas otras más, para fomentar el intercambio cultural con una serie de estudiantes de otros países con los cuales Singapur ha establecido asociaciones y diversos convenios, utilizando el inglés como idioma común, a raíz del hecho que el inglés es obligatorio en la formación de los estudiantes de dicho país y que más del 70% de su población es bilingüe. Al respecto, hay que considerar el hecho que en Singapur se hablan, oficialmente, cuatro idiomas: inglés, chino mandarín, malayo y tamil.
La Inteligencia Artificial no sólo mejora la eficiencia, sino que ayuda a redefinir la forma en cómo hoy se concibe a la educación, desde facilitar la docencia hasta el hecho de promover la igualdad de acceso al conocimiento y la inclusión, ya que los sistemas de I.A. están en condiciones de ser adaptados a las necesidades de todos y cada uno de los estudiantes de manera independiente de su nivel de habilidad, de sus antecedentes personales, capacidad física o intelectual, lo que redunda en un impacto muy positivo en la igualdad educativa. Eso por un lado.
Por otra parte, la I.A. puede identificar a aquellos estudiantes que están en riesgo de abandonar la escuela y proporciona intervenciones tempranas, contribuyendo por esta vía, a mejorar el rendimiento académico y el éxito de cada programa de estudio, por intermedio de sistemas de tutorías inteligentes, de acuerdo con el ritmo y estilo de aprendizaje de cada uno de los estudiantes en riesgo.
Ahora bien, no obstante todas las ventajas y beneficios que aporta la I.A. a la educación, si el cuerpo docente de escuelas, institutos y universidades no se prepara y no se capacita a través de cursos y talleres relacionados con el uso apropiado de los sistemas, aplicaciones y herramientas vinculados a la I.A., en ese caso, se torna, prácticamente, imposible pensar en sacarle todo el provecho y potencial que la I.A. ofrece.
De ahí que el especialista español en marketing digital, Carlos Álvarez Navas-Parejo, haya señalado que “la Inteligencia Artificial no te reemplazará, pero sí lo hará una persona que sepa usarla”, en función de lo cual, urge aprender a integrar la I.A. a los procesos propios de la labor que cada uno esté realizando.
Dr. Franco Lotito C. – www.aurigaservicios.cl – Conferencista, escritor e investigador (PUC)