El “cerebro político” en tiempo de elecciones: las estrategias  y malas artes para ganar votos

A raíz de los constantes casos de corrupción, tráfico de influencias a todo nivel, nepotismo, amiguismo, enriquecimiento ilícito, cohecho, etc., que se descubren regularmente en nuestro país, la ciudadanía está más que harta, saturada e indignada con el actuar de su actual clase política y gobernante.

Y, al igual que después de un día donde se mezclan la lluvia, la humedad y el sol brotan las callampas por todas partes, asimismo, cuando se acercan nuevas elecciones aparecen –igual que las callampas– miles de candidatos y políticos populistas que desean ser “los elegidos del pueblo” ofreciendo “el oro y el moro” a la ciudadaníaexpectante, con miles de promesas que, de antemano, saben que no podrán cumplir, para finalmente, terminar peleándose entre ellos –en medio de falsas promesas y grandes ofertones a los votantes– a fin de obtener alguno de los puestos públicos disponibles, muy bien remunerados, por cierto, y llenos de privilegios y garantías. La finalidad parece ser siempre una sola: repartirse generosamente el botín entre aquellos que fueron favorecidos con el voto popular.

Esta dinámica se repite con mayor fuerza aun, cuando hay elecciones presidenciales que llevan a un cambio de gobierno: ahí el asunto se torna grito y plata, con todos alzando y agitando desesperadamente las manos para obtener “el favor del candidato elegido”.

El experto en campañas políticas, Drew Westen, autor del libro “The Political Brain” (traducido en castellano como “El cerebro político”) pone en sobre aviso a la ciudadanía acerca de los métodos y estrategias oscuras que usan los políticos para ganar votos, y por esta vía, obtener el puesto que andan buscando.

Revisemos algunos de estos métodos y estrategias:

  1. Cuando en temas de política, la  razón y la emoción se ven enfrentadas una con la otra, la emoción gana siempre de manera invariable, por lo tanto, el “mercado que importa en el campo de la política, es el de las emociones”, porque son éstas las que impactan en la mente y en el corazón de las personas, algo que los populistas conocen y que saben utilizar muy bien a su favor, haciendo grandes promesas que cautivan y emocionan a los electores.
  2. Las campañas políticas exitosas tienden a presentar mensajes positivos y negativos. Estos últimos son muy eficaces cuando se utilizan en contra de “los otros, es decir, en contra de los opositores”. Si el político se concentra sólo en lo positivo y deja lo negativo a sus oponentes, es lo mismo que entregarle la victoria a sus contrincantes.
  3. Los temas de “carácter polémico son aquellos que despiertan las más fuertes emociones: rabia, indignación, odio, rechazo, impotencia, frustración”, etc. Dado que la gente vota según sus pasiones y no de acuerdo con su sentido común, entonces la opción de “entregar la pasión a los otros”, siempre será una estrategia perdedora, a raíz de lo cual, la estrategia se reduce a una sola: calificar a los oponentes de “mentirosos”, “traidores a la patria”, de “terroristas”, de “vendidos al capitalismo, al comunismo, al fascismo” o cualquier otro concepto que pueda generar rabia y odio en la gente.
  4. Una de las grandes tentaciones de los políticos de pacotillas es darse “vueltas de carnero una y otra vez”, condición que los convierte en sujetos populistas y demagogos que un día son “verdes”, al otro son “rojos” y al siguiente son “marrones o azules”, prometiendo cosas según el color o ideología adoptada y que saben que jamás podrán cumplir.
  5. Son sujetos que desean aparecer en el imaginario del pueblo como “los salvadores de los pobres” y de ser “las víctimas de los otros”, sean éstos los comunistas, los fascistas, los socialistas, los derechistas, los castristas, los chavistas, los marxistas y todo aquello que termina en “istas” (racistas, clasistas, nazistas y esclavistas incluidos).
  6. Dado que las personas “votan por aquellos candidatos que generan fuertes emociones y no por los candidatos que presentan las mejores ideas y argumentos”, los ciudadanos tienen que prepararse  para un verdadero vendaval y carrusel de emociones y de “cantos de sirenas”.
  7. Los candidatos que tienen éxito, son aquellos “que capturan la imaginación del público deseoso de identificarse con el nuevo súper héroe” que se presenta ante ellos, es decir, una mezcla de Tarzán, Rambo, Rocky, Hulk, Batman y Superman, todo en uno.

La gente debe tener siempre muy presente, que el candidato que resulta ganador no siempre es el que tiene las mejores ideas, las mejores propuestas y argumentos, sino que, lamentablemente, aquel que tiene la mejor retórica y que toca las fibras más sensibles de las personas, sin que importe mucho lo falso, vacío, populista y demagógico que pueda sonar a los oídos del pueblo, cuyas esperanzas y múltiples necesidades terminan, lamentablemente, por estrellarse con gran fuerza contra el enorme castillo de mentiras, promesas vacías y falsedades que contenían los cientos de discursos destinados a embaucar y engañar al “pueblo al que tanto dicen querer servir”, pero cuyo final, es terminar “sirviéndose a ellos mismos”, tal como lo hemos visto en estos últimos cuarenta años de política barata, con una casta política absolutamente desprestigiada.

Dr. Franco Lotito C.  – www.aurigaservicios.cl – Conferencista, escritor e investigador (PUC)