Para pasar de una Administración a una Gestión Municipal en primera instancia se debe comprender que una administración municipal no requiere de muchas herramientas sofisticadas para realizar su trabajo cotidiano, debido a que el foco está centrado en basar sus decisiones en una estructura estática y estancada, donde los procesos internos que forman parte de ella (reglamentos internos, diagramas de flujos y manuales de procedimientos) complementada con otros externos basados en instrumentos de planificación territorial (PLADECO, Planes Reguladores, Planes Seccionales, Estrategias Regionales, entre otros) sirven para llevar a cabo una administración burocrática que actúan frente a la contingencia, al caso a caso, pero que no se adelanta a los hechos que forman parte del complejo itinerario que debe enfrentar una municipalidad, esto es parte de lo que ocurre en la mayoría de las alcaldías.
Para cambiar el paradigma de la administración resulta necesario tener conocimiento sobre el cómo funciona una municipalidad, la forma para entrelazar relaciones con otras instituciones, con los ciudadanos a pie, y lo más importante, con la actitud de quien se encuentra al mando para transformar las situaciones con la única condición de generar ambientes de confianza. En este escenario surge la necesidad en lo valioso de entender lo que es una Gestión Municipal, ello conlleva la ejecución de tareas desafiantes que entreguen agilidad y dinamismo, instalando formas de trabajo donde primen la TRANSPARENCIA y la PARTICIPACIÓN, como dos condiciones mínimas para invitar a los ciudadanos a formar parte de la toma de decisiones, de manera real, pues la normativa legal en materia de municipalidades lo permite, con ello será posible que los ciudadanos ayuden a modelar los proyectos y programas que afectan a su comunidad, a su espacio, a sus necesidades, a sus dolores, en definitiva, a su familia.
En la tarea de desarrollar un trabajo armónico de Gestión Municipal, es fundamental valorar el trabajo de los funcionarios municipales, pues ellos son quienes ejecutan las decisiones de una autoridad, por lo que deben estar bien capacitados, así como también deben considerar que la cultura del control es algo que ayuda a mejorar la transparencia para todos, buscando constantemente la “prueba de la blancura”. Así como también, para complementar una buena Gestión Municipal es necesario generar una estrategia que contenga los pilares fundamentales que reflejen valores basados en principios éticos declarativos donde la ciudadanía se sienta identificada. Es bueno indicar que hoy en día existen herramientas que voluntariamente pueden acceder los candidatos a cargos edilicios, para que los ciudadanos puedan ejercer control sobre los compromisos que realizan, esta modalidad denominada voto programático, podría ser una herramienta fundamental para el control ciudadano sobre el trabajo que realizan las autoridades.
Finalmente, una Gestión Municipal seria, debe contener en principio una respuesta a necesidades que, de la ciudadanía, y no una tesis de lo que se podría realizar en una comuna. Por lo anterior es que es tan fundamental el binomio Transparencia más Participación, para dar cuenta lo que ocurre en terreno y no especular sobre lo que no se conoce.
Dr. Guido Asencio – Actor Álvaro Gómez – Columnistas Semanario Local