Las cifras del IPC divulgadas hoy por el INE ratifican la trayectoria de convergencia de la inflación, desde máximos por sobre el 14% anual en el tercer trimestre de 2022 hacia cifras anuales en noviembre de 4,8%. Si bien la variación mensual de 0,7% sorprendió al alza (el promedio del mercado esperaba un 0,2%), el resultado se mantiene en línea con la tendencia hacia la normalización inflacionaria, que debería conducir los indicadores hacia el rango meta del Banco Central en los próximos meses. La inflación subyacente, aunque inicialmente mostró cierto rezago, ha seguido una tendencia similar a partir del segundo trimestre de este año, ubicándose en un 6% en 12 meses en noviembre. Todo indica, además, que en el último trimestre se ubicará por debajo de la proyección contenida en el IPOM de septiembre.

Al analizar los precios analíticos, en forma generalizada se observan desaceleraciones en términos anuales, a excepción de frutas y verduras, que desde el segundo trimestre muestran una mayor inflación en 12 meses, debido principalmente al impacto que han tenido los factores climáticos sobre la oferta. Con ello, esta categoría alcanza una variación anual de 21%.

En algunas categorías de bienes durables, como electrodomésticos, se observan caídas importantes de precios que coinciden con una disminución de las ventas. Indicadores complementarios, como el crecimiento reciente de las importaciones, podrían anticipar una reactivación en las ventas de dichas categorías en los próximos meses, y una relativa estabilización en sus precios.
Desde el punto de vista de la política monetaria, las tasas de interés debieran seguir convergiendo a la baja, consistentes con el mayor control inflacionario y la debilidad que sigue mostrando el consumo.



