¿Quién no ha experimentado una sensación de profundo bienestar cuando cede el asiento a una persona mayor en el transporte público o colabora con dinero a alguien que lo necesita? Precisamente, la ciencia ha demostrado que realizar acciones amables nos produce bienestar. Consciente de esta relación virtuosa, el Movimiento Mundial de la Amabilidad instituyó en noviembre como el día de la amabilidad, lo que en realidad constituye una invitación a ser amables cada día.
Realizar actos amables no solamente contribuye a nuestro bienestar, sino que trae consigo una serie de ventajas. Según David Hamilton, la evidencia científica ha demostrado que la amabilidad mejora el sistema inmunológico, produce cambios en el cerebro, mejora las relaciones interpersonales, favorece la salud mental e incluso retrasa el proceso de envejecimiento.
Asimismo, varias investigaciones demuestran la clara relación entre la amabilidad y el bienestar subjetivo, conocido también como felicidad. Este es un concepto de la psicología que cuenta con una seria reputación en la ciencia, considerando la satisfacción con la vida y la suma de afectos positivos y negativos que experimenta una persona. Así, cada vez que realizamos acciones amables, estamos contribuyendo a nuestra propia felicidad.
Esta sensación de bienestar tiene además un correlato en nuestra biología, ya que realizar actos amables aumenta la serotonina, una de las hormonas responsables de experimentar bienestar y que ha sido catalogada como una de las así llamadas hormonas de la felicidad.
¡Celebremos con acciones amables el día de la amabilidad! Seamos amables todos los días… y sentiremos un constante y sólido bienestar.
Dra. Sandra Leiva Gómez
Centro CIELO
Integrante del Claustro del Doctorado en Estudios Psicológicos y Sociales del Bienestar
Universidad Santo Tomás